Cuando el Ovalle Casino & Resort abrió sus puertas en 2016, todo parecía indicar que el proyecto de la sociedad Boldt-Peralada sería la punta de lanza de una apuesta mayor en Chile a manos del consorcio.
A casi dos años de su apertura, el rendimiento no ha sido el esperado. Sin embargo, el director comercial del grupo argentino Boldt, Juan Carlos Salaberry, mantiene el optimismo.
“Tenemos una licencia a largo plazo en una localidad donde no existía una cultura de juego”, explicó el directivo. “Desde que comenzamos nuestra operación, los ingresos crecen en forma sistemática con lo cual esperamos continuar así y alcanzar nuestro nivel óptimo de ingresos”.
La oferta de juego del complejo ovallino de más de 50 millones de dólares consta de 14 mesas de paño con varios tipos de póker, craps, ruleta y blackjack y 244 máquinas tragamonedas. Pero es uno de los casinos que generan menos ingresos brutos del juego en Chile. De acuerdo con cifras de la Superintendencia de Casinos de Juego, en marzo de 2018 el complejo recaudó 341 millones de pesos chilenos en ingresos brutos del juego.
“En bases interanuales, venimos creciendo a un ritmo del 50 por ciento, y es eso precisamente lo que nos permite conservar el optimismo”, aseguró.
Según el director comercial, es la lenta evolución de las operaciones de casinos en el país uno de los principales factores que frenan el crecimiento de su complejo de entretenimiento.
La coyuntura actual del mercado chileno le está dejando pocas opciones para invertir a los operadores internacionales. Las limitaciones del sector del juego local son el resultado de una norma que no ha sido capaz de adaptarse a las tendencias globales y ha quedado anticuada. Una de las opciones -quizás la única- de que un operador ingrese al mercado es a través de la compra de operaciones existentes.
“En Chile era necesario salvar la brecha entre los casinos bajo jurisdicción nacional (Ley 19.995) y los casinos municipales. La forma en que fue dispuesto fue, en nuestra opinión, desafortunada”, manifestó Salaberry. Además, remarcó que la ley vigente “desalienta la inversión de nuevos operadores internacionales”.
Por otro lado, cree que los resultados de la industria local, aún en maduración, se han visto empañados por aspectos sociales y económicos que no le permitieron al sector alcanzar los niveles de desarrollo previstos.
E hizo hincapié sobre el avance del non-gaming: “Tiene una aceptación más rápida, en especial en comunidades pequeñas. Actualmente, tenemos un 60 por ciento de nuestros ingresos que provienen del juego, mientras que el 40 restante es del non-gaming, pero esto está cambiando lentamente”.
Juego online
En cuanto al juego online, consideró que existe cierta “miopía institucional” y que una vez que haya decisión política para poner en marcha la reglamentación se tendrá que debatir sobre cuestiones como licencias por juego o indistintas, sin restricciones jurisdiccionales geográficas, múltiples o monopólicas, liquidez local o internacional y plataforma financiera.
“La sociedad chilena está madura. Se debe prever un marco legal dinámico que fomente la competencia entre el juego presencial y el online”, comentó. Para ello, es imperioso confiar en el empresariado local. “Hay que obtener los ingresos impositivos que hoy se fugan; guste o no, la sociedad digital avanza”.
En este sentido, expresó que la región latinoamericana -con la excepción de Colombia- está sumida en un limbo al que describió como “más que preocupante”, ya que este sistema propicia la operación de sitios internacionales sin reparos para las operaciones transnacionales.
Operaciones en Argentina
A comienzos de 2018, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal anunció el llamado a licitación para las casi 4.000 máquinas electrónicas que operan en las salas de juego de la provincia de Buenos Aires. Como los tiempos del proceso se prolongaron más de lo previsto, la provincia debió ratificar el acuerdo previo con Boldt, empresa que opera casinos en Tigre, Mar del Plata, Tandil y Miramar. Así, Boldt continuará con la explotación de las slots hasta el 31 de diciembre de este año o hasta el momento en que entre en vigencia el nuevo contrato con el o los proveedores que resulten adjudicatarios en la licitación actual.
“La prórroga de la situación actual es una medida ajustada a garantizar la provisión del servicio durante el lógico proceso de oferta, análisis y contratación del adjudicatario y futuro proveedor”, argumentó el ejecutivo. “Las autoridades esperan resolver dichas actividades durante el presente año”.
Salaberry también aseguró que Boldt participará de la licitación en curso pero que aún no se ha definido la estrategia.
Con respecto al rendimiento de las operaciones de juego en el país, sostuvo que las cifras de recaudaciones en las diversas modalidades evolucionaron paralelamente con la inflación general hasta el último trimestre de 2017. “Desde esa fecha, se nota un desacople que interpretamos como una conducta más conservadora consistente con cierta disminución de la capacidad real de gasto en entretenimiento”, analizó.
A diferencia de otros operadores y proveedores que se han pronunciado en contra de la cruzada anti-juego de Vidal, Salaberry enfatizó que ve “más esfuerzo en regular y controlar” la oferta legal. Pero apuntó a las autoridades y dijo que le “gustaría que intensificaran su esfuerzo en el combate a las diversas variantes de las actividades ilegales”.
Al ser consultado sobre los planes de Boldt en el país, el director comercial expresó que los negocios del grupo son diversos y no sólo vinculados al juego.
“Este año hemos comenzado a brindar en Argentina internet satelital a través de nuestra controlada Orbith S.A. También estamos evaluando numerosos proyectos en el área de servicios y tecnología para la seguridad vial”, detalló.
“Tanto en Argentina como en la región, a través de nuestra Software Factory, estamos desarrollando productos con la mira puesta en nuevas modalidades de apuestas”, anticipó.
“Siempre estamos atentos a nuevas oportunidades”, concluyó.
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