Tenerife venderá sus casinos

Carlos Alonso asegura que la presencia de la institución en las empresas «no hace falta»

Carlos Alonso
Carlos Alonso

El Cabildo de Tenerife venderá sus tres casinos para conseguir ingresos. El presidente insular, Carlos Alonso, adelantó ayer a la opinión de Tenerife que la presencia de la institución en esta empresa «ya no es tan necesaria desde el punto de vista estratégico». Apuntó, no obstante, que se puede valorar participar de manera minoritaria en ellos a través de su intervención en el Consejo de Administración, con el fin de que la actividad se realice de forma adecuada. Subrayó, además, que el hecho de que la entidad pública pase a ser privada no quiere decir que los trabajadores que actualmente prestan este servicio se vayan a quedar sin empleo.

El dirigente insular dejó claro que con la plantilla «no tiene que pasar nada», porque explicó que los ajustes económicos que necesitaba la empresa Casinos de Tenerife –compuesta por tres negocios ubicados en Puerto de la Cruz, Las Américas (Adeje) y Santa Cruz– ya se han aplicado, además de que señaló que las demandas respecto a este tipo de juegos también son diferentes.

Indicó que en el caso de la sala que se encuentra en Puerto de la Cruz, que es la más antigua de las tres y la que la que ha generado en los últimos años más pérdidas, está muy orientada al juego de mesa y su actividad casi ha desaparecido. Carlos Alonso comentó que ahora tiene más relevancia el de máquinas y que por este motivo necesita un cambio, aunque estas adaptaciones «ya se han ido haciendo», puntualizó.

No cree que la venta de la empresa pública implique cambios en el personal y, aunque se barajara esta posibilidad por parte de manos privadas, destacó que desde el Cabildo «pondríamos cláusulas para proteger a los trabajadores».

Los beneficios que conseguiría la Corporación insular con esta operación se centrarían precisamente en la venta y no en el ahorro que supondría para la institución, ya que Carlos Alonso comentó que los casinos, en su conjunto, no requieren aportación de la institución tinerfeña porque son entidades que funcionan con su propia actividad económica. Por lo tanto, «no hace falta inyectar dinero, además de que se ha hecho un ajuste de los gastos y hay un plan de viabilidad», lo que los convierte en unos negocios «solventes», agregó.

La empresa pública nació con la apertura del Casino Taoro, el que se encuentra en el municipio norteño, en 1979. En los últimos años, y sobre todo debido a la crisis económica, esta sala ha registrado pérdidas e incluso se aplicó un Expediente de Regulación de Empleo a la plantilla, mientras que las otras dos siempre han mostrado cifras positivas.

A pesar de la buena salud de la entidad del Cabildo en su conjunto, los ingresos se han desplomado hasta la mitad desde que comenzó la crisis económica, hace ya seis años. Si en 2007 el negocio alcanzó los 20,4 millones de euros, esta cantidad cayó en 2011 hasta los 11.248.000 euros, lo que supuso una reducción del 44,9%.

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