Alessandro Vieira, vicepresidente de la CPI de Apuestas
16/12/24 09:11 hs.
El Pleno del Senado Federal aprobó, por 49 votos contra 19, el texto básico del reglamento de reforma tributaria (PLP 68/24). El proyecto de ley tiene como objetivo eximir de impuestos a algunos sectores de la economía y agregar impuestos a otros.
La propuesta cuenta con una enmienda que coloca los juegos de casino en línea, las apuestas deportivas y los deportes de fantasía bajo el Impuesto Selectivo (IS).
El IS, también conocido como “Impuesto al Pecado”, es un impuesto que se aplica a productos que se consideran nocivos para la salud de las personas y/o pueden causar daños al medio ambiente. Si la propuesta es sancionada, las plataformas de igaming estarán gravadas por el Impuesto sobre Bienes y Servicios (IBS) y la Contribución sobre Bienes y Servicios (CBS).
La enmienda presentada por el senador Alessandro Vieira, vicepresidente de la CPI de Apuestas, y aceptada por Eduardo Braga, tiene como objetivo garantizar que las apuestas deportivas y los juegos en línea estén claramente incluidos en la tributación, combatiendo la evasión fiscal y aumentando los ingresos.
El dictamen del relator dispone que el Impuesto sobre Bienes y Servicios (IBS) y la Contribución sobre Bienes y Servicios (CBS) se aplicarían a los concursos de predicción, tanto físicos como virtuales, incluidas loterías, apuestas de cuota fija y sorteos.
La Asociación Nacional de Juegos y Loterías (ANJL) ya expresó su preocupación por la posibilidad de implementar un “Impuesto Selectivo” (o “impuesto al pecado”) para el mercado de apuestas deportivas y juegos en línea en el proceso de regulación de la Reforma Tributaria. Para la entidad, la medida podría dejar ineficaz todo el proceso de regulación del sector, ya que tiende a fomentar el mercado ilegal.
La Ley 14.790/2023, que reguló el mercado, fijó un tipo impositivo del 12 por ciento sobre los Ingresos Brutos del Juego (GGR) tras una intensa coordinación entre el sector y la Congreso Nacional. Durante el año pasado, la ANJL demostró a los congresistas, a través de estudios y datos, que una fuerte carga tributaria (la propuesta original preveía un 18 por ciento) sólo ahuyentaría a las casas de apuestas serias que desean operar en el país de manera regulada y, al mismo tiempo, provocaría que los sitios web ilegales proliferen aún más en el país.
Considerando los nuevos impuestos (IBS y CBS) previstos en la Reforma Tributaria, la carga tributaria del sector en Brasil debería superar el 35 por ciento, una de las más altas del mundo. Esto sin considerar el pago millonario de subvenciones a la Unión –y, dependiendo de la decisión de los operadores, a los estados y al Distrito Federal– y la incidencia del 15 por ciento del Impuesto a la Renta sobre los premios netos de los apostadores.