La creación de una tarjeta para pagar la entrada a los bingos servirá asímismo para el control de ludópatas que opten por la autoexclusión como fórmula para luchar contra su adicción. La medida se pondrá en marcha en la provincia de Buenos Aires y significará una nueva medida que permitirá a todo aquel usuario que quiera autoexcluirse de las salas el ver cómo su tarjeta de acceso -única forma para pagar la entarda- quedará inutilizada al intentar entrar.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires aprovechará la instrumentación del cobro de entrada a los bingos para poner en funcionamiento una herramienta tendiente a asistir a las personas que sufren de ludopatía. Según explicaron fuentes del Instituto de Lotería y Casinos bonaerense, la iniciativa consiste en usar una tarjeta asignadaque permite que el portador pueda ser bloqueado para impedir que utilice cualquiera de las 21.000 máquinas tragamonedas operativas que hay en salas de juego provinciales.
El año pasado, la ley impositiva bonaerense obligó a los 46 bingos existentes a empezar a cobrar entrada a sus instalaciones que se destinarán en partes iguales a las arcas de la gobernación y del municipio donde funciona el establecimiento. El procedimiento de cobro está en etapa de reglamentación; mientras tanto, el ingreso es gratis, como siempre.
«Lo que se hizo fue tomar una medida de corte recaudatorio y convertirla en una herramienta con un fin social», explicaron fuentes gubernamentales. Cada máquina tragamonedas tiene un lector que en la jerga se denomina player tracking, un sistema equivalente a una norma ISO del juego, llamado GLI. La tarjeta que se instrumentará para cobrar la entrada tendrá que ser pasada por ese lector y, además, cargada dentro del bingo como si se tratara de una SUBE.
La persona que sufre de ludopatía debe aceptar que se registren sus datos en esa tarjeta, que no sólo habilitaría la posibilidad de bloqueo, sino que también permitiría realizar mejores estadísticas sobre el comportamiento de esos pacientes.
Sin duda una acción que deberá ser analizada según sus resultados, pero la realidad es que en la provincia hay un total de 46 bingos y 21.000 máquinas tragaperras, siendo el coste de entrada de acceso a los establecimientos de 20 pesos argentinos.
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