Presentaron el primer relevamiento de consumo de apuestas online en adolescentes de Posadas

Uno de tres adolescentes escolarizados de Posadas participó en juegos de apuestas. Dos de cinco de los que jugaron tuvieron sus primeras experiencias entre los 10 y 14 años y la mayoría (6 de cada 10) llegó a las apuestas a través de redes sociales, publicidad e influencers.

Los datos corresponden a la Encuesta sobre Juegos de Apuestas en Adolescentes (EJAA), realizada por la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Posadas, en conjunto con el IPLyC y el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC), presentada este martes en la Sala de Prensa de Casa de Gobierno.

El presidente del IPLyC, Héctor Rojas Decut, la titular del IPEC, Silvana Labat y la Defensora del Pueblo de Posadas, Valeria Fiore Cáceres, explicaron que el relevamiento se realizó entre agosto y septiembre de 2024, con el objetivo de “obtener datos confiables para conocer más profundamente la realidad local y encarar un abordaje integral de la problemática”.

La muestra incluyó escuelas públicas y de gestión privada del nivel secundario de la capital misionera y unos 4.337 jóvenes entre 12 y 21 años respondieron las preguntas brindando una primera aproximación a datos concretos sobre esta problemática en la capital provincial.

Al socializar los resultados, los funcionarios manifestaron su preocupación y expresaron la decisión de reforzar los canales de concientización para el abordaje integral del problema, que demanda de un acompañamiento de toda la sociedad para prevenir los efectos de la exposición a estos consumos.

El IPLyC apuesta al Juego Responsable

El presidente del IPLyC, Héctor Rojas Decut, resaltó el compromiso de la institución con el Juego Responsable y recordó que en lo que va del año la institución realizó más de 400 denuncias a sitios ilegales, al remarcar que las plataformas autorizadas no permiten el acceso a menores. Añadió también que “en forma permanente realizamos actividades orientadas a la concientización y la prevención, además del control y la denuncia a los sitios clandestinos”.

“Desde nuestro Programa de Juego Responsable intensificamos el trabajo. En especial, con las charlas de prevención de adicciones conductuales, que no solo están enfocadas en informar sobre los riesgos del uso de apuestas en menores de edad, sino también en fomentar usos saludables de las tecnologías. Incentivando la reflexión y el pensamiento crítico entre los jóvenes para fortalecer factores protectores de la salud”, señaló.

En ese sentido precisó que, en 2024, más de 7.000 estudiantes de escuelas primarias y secundarias de 34 municipios accedieron a las mismas, por parte de las profesionales que integran el programa de Juego Responsable.

Agregó también que en la página web del IPLyC se abrió un espacio con contenidos específicos para brindar apoyo informativo a padres, docentes y adolescentes y de esa manera acompañarlos con herramientas específicas para prevenir el juego online adolescente.

“Además -dijo-, trabajamos en una fuerte campaña comunicacional para luchar contra los sitios clandestinos, comunicando que las únicas plataformas legales son las que tienen el dominio.bet.ar, en las que no se permite el acceso a menores”.

El relevamiento

Los datos del sondeo indican que los adolescentes entre 15 y 17 años son los más activos en juegos de apuestas. Según ellos, lo hacen como una forma de “ganar dinero fácil”; como opción recreativa, o como un modo de socializar. Les parece “divertido” y “emocionante”, y prefieren las apuestas deportivas (61.5%) y la ruleta (57.7%).

Dentro del grupo de quienes juegan, 2 de cada 5 manifestaron haber tenido sus primeras experiencias de juego entre los 10 y 14 años, a través de medios virtuales (redes sociales, publicidad e influencers), y que el teléfono celular –sin control de adultos- fue la principal vía de acceso. Desde la propia casa, la casa de amigos o la escuela.

En relación a la frecuencia, 1 de 4 adolescentes dijo que apuesta todos los días o al menos una vez por semana, menos de una hora. Pero hay quienes le dedican hasta diez horas o más a esta actividad.

En cuanto a los controles, 1 de 4 adolescentes expresaron sentir irritabilidad al interrumpir el juego o pasar varios días sin apostar. Un número similar manifestó haber fracasado en el intento de controlar o interrumpir la actividad. La mayoría intentó recuperar el dinero perdido, y poco más de un tercio solicitó dinero prestado.

Entre las principales consecuencias de jugar, los chicos señalaron problemas económicos, seguidos por los problemas físicos, emocionales, familiares y de rendimiento escolar. Uno de siete adolescentes que ya tuvieron su experiencia de juego asume necesitar ayuda por su conducta del juego y una proporción similar confesó que consideró el suicidio y la autolesión como consecuencia de esta actividad.

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