Esta semana se anunció el ingreso del fondo estadounidense Advent a la propiedad de Enjoy. Así, la familia Martínez cede el control de una empresa que fundaron en 1975. ¿La razón? «No estamos dispuestos a achicar o restringir a Enjoy por nosotros tener el control… seguimos metidos en Enjoy, en el negocio y en la gestión. No tenemos pensado irnos», dice.
En septiembre de 2015, en el casino de Viña del Mar, Enjoy celebró 40 años de existencia. Lejos de los 600 invitados, en una sala privada, la familia Martínez Seguí -encabezada por el patriarca Antonio Martínez Ruiz, por su esposa, Antonia Seguí, y por los cuatro hermanos, Cecilia, Antonio, Ximena y Javier, además de todos sus hijos- firmó un protocolo familiar. «Nos definimos como una familia empresaria, que como tal, queremos seguir juntos en el mundo de la empresa. Y en esa ocasión nos comprometimos a seguir juntos en los negocios», revela Javier Martínez Seguí, presidente y socio de Enjoy.
A través de las sociedades Inversiones Cumbres e Inversiones e Inmobiliaria Almonacid -cuya propiedad comparten en partes iguales los hermanos Martínez Seguí-, la familia maneja empresas agrícolas, inmobiliarias y el propio Enjoy (ver recuadro).
Esta semana, esas sociedades firmaron un acuerdo para ceder el control de Enjoy al fondo estadounidense Advent International, el mismo que el año pasado declinó ingresar a la cadena de casinos y hoteles, aduciendo la incertidumbre que provocaba el entonces congelado proceso de licitaciones de siete casinos municipales.
La familia Martínez tiene el 57,11% de propiedad de Enjoy. El ingreso de Advent se concretará a través de un aumento de capital por US$ 170 millones que, en una primera etapa, el fondo suscribirá en al menos US$ 92 millones, quedando con cerca del 28% de la propiedad, porcentaje que la familia Martínez decidió no suscribir.
En una segunda fase, Advent lanzará una OPA a $48 la acción, y aquí los Martínez no tienen obligación de vender a Advent. Aunque el fondo no lograra tomar más del 28% de Enjoy, tiene asegurados más directores que los actuales controladores.
Hoy, los Martínez nombran cinco directores -de una mesa de nueve integrantes en total- que se suman a uno de Caesars, y en cualquier escenario Advent tendrá más. «Acordamos una cierta composición del directorio donde ellos tienen más directores que nosotros. Si nadie le vende ni una acción a Advent, el 57,11% que tenemos como Martínez se divide en dos, y para subir, Advent tiene que comprar acciones en la OPA», explica el menor de los hermanos Martínez Seguí. Además, en el pacto se contempla que los Martínez mantienen la presidencia.
Los socios se pusieron un plazo para marzo de 2018 para concretar la operación, prorrogable, afirma Martínez.
Con esto, la familia Martínez «da un paso lógico», dice. «Era imposible para Enjoy hacer un proyecto de inversión como el que se hizo sin traer nuevo capital. Por eso nos abrimos a bolsa e hicimos un Enjoy muy grande, que excedió lo que nosotros queremos acompañar en términos de riesgo de patrimonio familiar, y no estamos dispuestos a achicar o restringir a Enjoy por nosotros tener el control. Como familia preferimos un Enjoy más grande y potente, donde nuestro patrimonio sea más grande, y si eso pasa o no por el control nuestro, no importa», enfatiza.
-¿Los Martínez ceden el control de Enjoy porque el negocio de casinos ya no es tan atractivo?
«No, por un problema de portafolio. Por ejemplo, ¿si mañana hay un Monticellazo nuevo (hace referencia a los violentos incidentes en Monticello, ocurridos a comienzos de julio) y tienes todos los huevos puestos en esa canasta? No. Hoy, la familia tiene una parte fundamental en Enjoy, una en el negocio agrícola, una en el negocio inmobiliario, etc. La decisión, mirada como el patrimonio de la familia Martínez fue pongamos los huevos en distintas canastas. Para el socio es condición que no nos vayamos, y estamos felices con el socio (…). Nosotros seguimos metidos en Enjoy, en el negocio y en la gestión. No tenemos pensado irnos».
«En mi experiencia, funciona mejor cuando cada socio tiene su expertise «
-¿Cómo retomaron las conversaciones con un socio que antes se retiró? ¿No estaban decepcionados?
«Si yo le tuviera que contar, en estos dos años, la cantidad de buenos ratos y de sinsabores, son miles. Pero el mundo de los negocios es así. El año pasado me llamaron y me dijeron que, dada la incertidumbre de las licitaciones municipales, no ingresarían a Enjoy. Les dije, ‘denme un precio al que entren’ y me contestaron no te doy un precio, porque no vamos’.
«El monto anterior era US$ 70 millones y ahora son US$ 170 millones. Esta inyección es para mucho tiempo (parte de un plan de cinco a siete años). Cuando era un monto más chico, si Enjoy no se ganaba las licencias municipales quedaba igual de expuesto al riesgo. Hoy, vamos a ir a ganarnos todo lo que podamos, pero Enjoy no vive o muere por lo que pase en las municipales».
-¿Por qué esta vez los Martínez están dispuestos a ceder el control? ¿Advent lo exigió?
«El tema la primera vez no se cayó por la cesión del control o no. Advent está pensando en tratar de llegar a cuatro de 9 directores, o sea, tampoco tiene el control absoluto, y si va a la junta de accionistas, para tener el control absoluto tienes que tener el 50,1%, como hoy lo tenemos nosotros».
-Ustedes sufrieron un perjuicio económico por la bajada de Advent el año pasado, cayó la acción y ahora deben ceder el control.
«El mundo de los negocios es así. Advent no lo hizo por hacerme un mal a mí».
«En esta última parte me salí de la mesa de negociación, negociaron con ellos Credit Suisse, y el abogado, Octavio Bofill. Son tan rudas estas negociaciones, todo el rato mirando lo malo. Y yo, que soy un gallo que va para adelante, que me gusta hacer negocios, la conversación sobre la mierda es terrible. Entonces me salí».
«Y ayer (miércoles 23) nos pusimos a trabajar por primera vez en el proyecto conjunto de lo que venimos hablando hace dos años y medio. Como dijo Mauricio Salgar ( managing director de Advent en la oficina de Bogotá), pareciera que terminamos el trabajo, y estamos partiendo el trabajo».
-Entre los candidatos para ingresar a Enjoy había un operador de casinos, ¿por qué no prosperó? ¿Le acomoda seguir siendo el experto en el área?
«Primero, de las pololas no se habla, solo se cuenta de la señora. Segundo, sí. En mi experiencia, funciona mejor cuando cada socio tiene su expertise (…). Esta es la asociación perfecta».
-Una lectura que se puede hacer de esta operación es que es un salvataje financiero, porque los US$ 170 millones se destinarán a pagar deudas. ¿Qué proyectos tienen en conjunto?
«En el pacto de accionistas también tenemos acordado cómo vamos a gestionar la compañía. Y hace dos años y medio dijimos que saldríamos a buscar un socio estratégico para fortalecer y cambiar nuestra estructura financiera. ¿Cómo se cambia? Uno, reestructurar la deuda, y dos, un aumento de capital».
«Vamos a bajar mucho la deuda, vamos a bajar en forma importante los gastos financieros. Y estamos viendo echar a andar todos los proyectos que tiene Enjoy: competir por las licencias municipales, la expansión del Conrad (una inversión de US$ 60 millones), invertir en tecnología».
-¿Entonces no es un salvataje?
«Es un fortalecimiento financiero que ando buscando hace dos años y medio. Ahora, que en el camino me he pegado su asustada, ha sido así».
-Gran parte de la deuda de Enjoy se genera por la obligación de comprar el casino Conrad. ¿Valió la pena comprarlo a cambio del control de Enjoy?
«El Conrad no significó perder el control. Hay una serie de hechos que hacen que hoy necesitemos fortalecer la estructura de capital. Un proceso de crecimiento gigante, aceleradísimo, con las ineficiencias que produce en términos de gestión. Segundo, el «tabacazo» (la ley que impide fumar en recintos no acondicionados), que significó -30% de ventas; antes compramos el Conrad, al que le cayeron 25% sus ingresos. Si me pregunta si compré caro el Conrad, sí, porque no sabía que se me iban a caer 25% los ingresos. Pero es un buen negocio. Hay un montón de tormentas perfectas y la última es el aplazamiento de la licitación de los casinos municipales».
-¿Cuál es la autocrítica?
«En lo interno, la ineficiencia en la gestión. El punto de inflexión de eso es la entrada de Gerardo Cood».
-¿O sea, la administración que usted encabezó antes fue ineficiente?
«Mi administración fue eficiente en términos de crecimiento, no fue eficiente en términos de la rentabilización de esos proyectos, que fue lo que entró a hacer la segunda etapa».
Pacto con Advent: «Yo puedo votar distinto, por eso no es actuación conjunta»
Los Martínez acordaron con Advent un pacto de accionistas sin actuación conjunta. «Nos pusimos de acuerdo en ciertas cosas. Sobre lo que no está regulado ahí, cada uno es libre de actuar», resume Martínez. ¿En qué están de acuerdo? «En cosas importantes. Tenemos conversado qué pasa ante aumentos de capital, con la política de dividendos, si mañana queremos comprar un Conrad dos. También estamos de acuerdo en los cambios en los estatutos de la compañía. Y por ejemplo, si queremos vender Enjoy», responde.
Advent tiene un plazo de permanencia de entre cinco y 10 años en Enjoy, y si decide vender, debe ofrecer sus acciones primero a los Martínez y viceversa.
-Si en las licitaciones municipales, a los Martínez les interesa pujar por una plaza porque dada su experiencia sí darán los números y Advent cree que no es rentable, ¿quién decide?
«Las decisiones clave las toma el directorio de la compañía y cada director de la compañía se debe al bien social de Enjoy. Yo puedo votar distinto, por eso no es actuación conjunta».
-Ya se conocen las reglas en la licitación de casinos municipales, ¿cuáles les interesan y por qué?
«Vamos a evaluar y a todos los proyectos que sean rentables vamos a ir. No corre ni el cariño ni nada, aquí lo que corre es la rentabilidad (…). A Viña nunca hemos contemplado no ir. Vamos a hacer la mejor propuesta que podamos. Lo que sí, vamos a hacer una propuesta rentable».
-En tribunales, Enjoy cuestionó las bases de Coquimbo, ¿les interesa?
«Por las tres licencias que tenemos -Coquimbo, Pucón y Viña del Mar-, vamos sí o sí y a matar».
Inversión de Advent:
«Chile es un país muy bien mirado afuera. Advent está pensando en (estar) cinco a 10 años en Enjoy y han dicho públicamente que les gustaría hacer otras inversiones aquí. Creo que la confianza y el potencial de Chile está intacto».
Negociación:
«En esta última parte me salí de la mesa de negociación (…). Son tan rudas estas negociaciones, todo el rato mirando lo malo.Y yo, que soy un gallo que va para adelante y que me gusta hacer negocios, la conversación sobre la mierda es terrible. Entonces me salí».
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