EN MIAMI CUESTIONAN LA LEY
Una variedad de oponentes, desde el sur de la Florida hasta la capital estatal, se han alineado rápidamente en respuesta a una propuesta de legislación para traer casinos gigantes en “centros vacacionales” a Miami-Dade y Broward a pesar de las promesas de desarrollo económico y la creación de puestos de trabajo.
La Comisión del Condado Miami Dade se dispuso a destazar el proyecto de ley, pasó tres horas revisándolo y midiendo la reacción del público. Mientras tanto, otros criticaron la iniciativa como demasiado ligera en las regulaciones e incompleta en lo que se refiere a vigilar a los casinos.
La comisión del condado decidió enviar una carta a los patrocinadores de la legislación, el representante Erik Fresen y la senadora Ellyn Bogdanoff, demandándoles que den más control a los gobiernos locales sobre los megacentros vacacionales, permitir que el condado obtenga una parte de los ingresos y que forjaran protecciones para la industria de apuestas de la región. Si no tiene eso, la iniciativa podría enfrentar una oposición colectiva, alertaron los comisionados.
“Lo que esto significa es que no tendremos voz ni voto en esto”, dijo Joe Martínez, presidente de la comisión, a sus colegas después de que el abogado del condado leyera los resúmenes del proyecto de ley. “Lo que significa es que el dinero no se queda aquí”.
Dave Ramba, un cabildero para la tribu seminola con sede en el condado Broward, cuestionó por qué la iniciativa de ley tomó dos meses en producirse después de que los legisladores dejaron la tarea de escribir las regulaciones a una nueva Comisión de Juegos de Azar del Estado de siete miembros y a un nuevo departamento de Cumplimiento de los Juegos de Azar.
“Estuvieron mucho tiempo en la creación de más gobierno y muy poco tiempo en lo que va a ser el trabajo de la comisión”, comentó Ramba.
Pero Bogdanoff, una republicana por Fort Lauderdale; y Fresen, un republicano por Miami, dijeron el viernes que su intención no era entregar un proyecto de ley perfecto, sino comenzar la conversación y que el debate sobre las modificaciones se haga de forma abierta.
“Anticipo que podría tener que usar un tiro al blanco en mi espalda – así como el representante Fresen – porque habrá 100,000 personas disparando contra este proyecto”, declaró Bogdanoff al Herald/Times.
Los legisladores dijeron que están preparados para hacer algunos cambios, pero también defendieron enérgicamente su meta de colocar todos los juegos de azar bajo una sola agencia estatal y autorizar los casinos en centros vacacionales para atraer a más turistas internacionales. Pero Bogdanoff dijo que la industria de las parimutuales es un tema difícil.
“Es una industria codiciosa y ellos desean asegurar que tienen los máximos ingresos con la inversión minima”, comentó Bogdanoff.
Las propuestas gemelas presentadas el miércoles permitirían que se emitieran de inmediato licencias para tres casinos en centros vacacionales y abrieron la puerta para que otros condados celebren un referendo para construirlos en el futuro.
“No estamos trayendo nada al estado de la Florida que no exista ya”, dijo Bogdanoff. “La cuestión es ¿cómo queremos verlo? Tenemos que crear una nueva dirección estratégica”.
Pero los comisionados de Miami Dade desean más controles. El comisionado Esteban Bovo, quien sirvió junto con Fresen en la Cámara de Representantes durante la primavera pasada, dijo que a su ex colega “se le fue la onda en ésta”.
La legislación, que pide imponer a los megasitios vacacionales gravámenes de 10 por ciento, pero dejar los casinos en los hipódromos y canódromos con el actual 35 por ciento, no toma en cuenta las mejorías de la instalación y las inversiones locales hechas por los juegos de azar artesanales en los condados Miami Dade y Broward, cuando los votantes les dieron el derecho a instalar hace tres años máquinas de juegos de azar, dijo.
John Brunetti, dueño del hipódromo de Hialeah, que anteriormente empleó a Bovo, dijo que su compañía ha invertido $150 millones en su primera fase de construcción. Isadore Havenick, presidente del Canódromo de Flager y Magic City Casino, dijo que su compañía ha gastado $60 millones y planea gastar otros $180 millones.
“Pensamos que sería hipócrita mantenernos así y decir que no queremos otras formas de juegos de azar en el condado Miami Dade”, dijo Havenick. Pero agregó que desea ver “igualdad en producto, igualdad en los impuestos, igualdad en la regulación, igualdad en todo lo demás. Es lo único justo”.
Los comisionados Rebecca Sosa y Dennis Moss reprendieron a los legisladores por no darle al condado una cláusula de compartir los ingresos para ayudar con los costos de los caminos, la policía y el personal de emergencia que serviría a los tres centros turísticos propuestos de $2,000 millones.
Moss dijo que él no podía apoyar el proyecto de ley sin darle un tratamiento igual a las parimutuales y sin un plan para entrenar a los residentes locales para competir por los empleos. La comisionada Lynda Bell dijo que los legisladores necesitaban saber “que estamos todos en la misma página”.
Matti Herrera Bower, alcaldesa de Miami Beach, le dijo a la comisión del condado que ella no puede apoyarlo sin más seguridades de que no se lastimará a la comunidad. Carlos Giménez, alcalde de Miami Dade, dijo que se sentía estimulado por una cláusula en el proyecto de ley que requiere que las ciudades y los condados locales den su aprobación conceptual a un solicitante de un centro vacacional antes de que se les dé una licencia para un casino.
“Eso significa que tenemos mucha influencia”, comentó Giménez. Pero mientras que los trabajos producidos por los tres megacentros vacacionales y casinos podrían ayudar a la comunidad, dijo Giménez, “una de las cosas que necesitamos asegurar es si estos empleos van a ser para la gente de aquí”.
Bogdanoff y Fresen dijeron que están conscientes de las preocupaciones de la comisión, pero insistieron en que los controles regulatorios y los ingresos deben permanecer con el estado.
elnuevoherald.com