Los Estados europeos, impotentes contra el juego ilegal

En Europa está funcionando una red de sitios de juego ilegales que refuerzan las tendencias adictivas. Los operadores son apenas visibles debido a sus estructuras opacas.

Tras la reluciente fachada del proveedor de software Delasport, en el parque empresarial Office X de Sofía (Bulgaria), se esconden decenas o incluso cientos de páginas web de juegos de azar. Estas páginas también se dirigen a países de la UE donde el juego está estrictamente regulado y atraen a consumidores de allí. Así lo han informado varios medios europeos que han analizado en una investigación conjunta los «Casino Papers», que incluyen decenas de miles de documentos filtrados del sector. Por ello, los operadores de portales online con un alto factor de adicción son difícilmente accesibles para los reguladores del viejo continente: las empresas buzón de Malta y Curazao desempeñan un papel decisivo en la ocultación de los propietarios.

Las autoridades reguladoras y los consumidores de países como Alemania, Italia y los Países Bajos se quejan regularmente de la red de sitios web relevantes y se sienten engañados y explotados a gran escala. Según los análisis de Follow the Money , Sveriges Radio , Der Standard, ORF y The Shift , incluso los usuarios que han sido incluidos en listas nacionales de autoexclusión debido a una adicción declarada al juego pueden seguir jugando en sitios como Casinowinbig, 18Bet, 1Bet y Palmslots. Estiman sus pérdidas en decenas y cientos de miles de euros.

Las estructuras que se esconden detrás de las ofertas de juego ilegal no son transparentes. Fuentes públicas como el registro mercantil de Curazao muestran en papel qué proveedores de servicios operan las empresas fantasma en la isla, pero no revelan quiénes son los clientes. Las filtraciones de casinos arrojan más luz sobre la oscuridad. El empresario israelí Avi Shemesh, propietario de Delasport, también es propietario de la empresa fantasma maltesa Shark77 Limited, que a su vez opera tres casinos online que están en la mira de las autoridades del juego en países europeos. En 2023, por ejemplo, el regulador holandés impuso a la empresa una multa de unos 900.000 euros por operar 18Bet.com en los Países Bajos sin licencia.

Demandas contra el modelo de negocio de las adicciones

Según se informa, las empresas fantasma de Curazao Bellona y NewEra son propiedad de Ilan Shemesh, también de Israel. Las dos empresas operan decenas de otros sitios de juego que están siendo vigilados por inspectores europeos. Los periodistas no pudieron aclarar si los dos hombres con el mismo apellido están relacionados. Sin embargo, los documentos filtrados muestran que la gerencia de Delasport firmó contratos relacionados con los casinos en línea y fue informada o incluso directamente involucrada en disputas con autoridades supervisoras y procedimientos legales iniciados por jugadores contra los sitios. Los reguladores españoles y holandeses ya han impuesto multas bastante altas a los operadores. Sin embargo, no han recibido ningún dinero. En cambio, al menos, el mercado español ya no está siendo atendido por los operadores.

Según los documentos, los operadores más difíciles de frenar han logrado hasta ahora el mayor volumen de negocio en Alemania, Italia, Suecia, Austria y Dinamarca. Según los documentos, Alemania era, con diferencia, el mayor mercado. En 2022, la autoridad alemana del juego se quejó en una carta de doce locales de Bellona en Curazao y amenazó con imponer multas y penas de prisión si los locales seguían siendo accesibles desde Alemania. Esto también ha conseguido poco hasta ahora.

Todo lo que ha dicho Delasport es que sus propias actividades comerciales se llevan a cabo «en estricto cumplimiento de todas las leyes, reglamentos y condiciones de licencia aplicables en los países en los que tenemos licencia». Al mismo tiempo, los jugadores están presentando demandas: «Actualmente estamos preparando muchos casos contra Bellona en Curazao», dijo el abogado especialista alemán Marc Ellerbrock. «El modelo de negocio no es el juego, sino la adicción».

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