Que el mundo se mueve hacia lo digital es una realidad que ni si quiera los más reacios a las nuevas tecnologías pueden obviar. La crisis sanitaria que ha originado el coronavirus en todo el planeta no ha hecho sino acelerar aún más los procesos tecnológicos en todos los continentes sin excepción. id:79571
En los más avanzados y en los más primigenios. La transición hacia el teletrabajo, el caso de los pagos digitales y la magnificación de las redes sociales ponen de manifiesto que todo está cambiando. Los países se modernizan y las prácticas en internet empiezan a verse con otros ojos. Hasta aquello que no había tenido en consideración antes.
Uruguay debate en su Parlamento desde el pasado mes de noviembre la posibilidad de regular el mercado del juego online con un proyecto de ley impulsado por el Poder Ejecutivo. El Ministerio de Economía y Finanzas se ha dejado asesorar convenientemente por la Dirección Nacional de Casinos de Uruguay para buscar un texto que pueda beneficiar al sector y a las administraciones públicas. Porque durante los peores meses de pandemia los jugadores han buscado juego en la red y el Estado no ha podido beneficiarse ni un poco de ello al no ser una actividad regulada. Aunque al borrador aún le queda para llegar a convertirse en norma.
La nueva ley, si llega a aprobarse, tendrá como prioridad favorecer a todas las partes y encontrar un punto de consenso que no será sencillo. Fuera de Sudamérica, los países latinos pueden encontrar el mejor espejo donde fijarse en España. La península es un territorio donde el turismo es clave y donde los casinos físicos han atraído a gran cantidad de visitantes. De hecho, las principales sedes de poker son las más visitadas y las que más destacan dentro del sector. Multitud de países de Latinoamérica se han fijado en la salud del sector del juego español y Uruguay podría haber tomado nota para impulsar ese nuevo proyecto, ya que las series de poker también son muy seguidas allí.
El poker es uno de los juegos mencionado en uno de los dos artículos del texto. Junto a la ruleta y las slots se propone legalizarlo para que plataformas online puedan operar con ellos a través de internet, desde aplicaciones tecnológicas o informáticas y similares. La proliferación del juego ilegal ha sido una constante que se agravó a partir del año 2020, con el cierre de más de un millar de sitios. Y no solo eso, sino que la crisis económica que ha acompañado a la sanitaria ha golpeado con fuerza a unos operadores de casinos uruguayos que se han planteado la continuidad de su actividad. El volumen de pérdidas era ya insostenible para muchos.
Los pasos a seguir con el nuevo proyecto de ley van en torno a establecer el sistema adecuado para regular el juego. El sistema mixto es el que tiene más opciones al englobar tanto al sector público como al privado. Y por otro lado, será importante dotar a las webs autorizadas de herramientas como las políticas de juego responsable, límites de apuestas, medidas de autoexclusión y todo lo que tenga que ver con la responsabilidad social corporativa de las empresas. El descontrol fuera del paraguas del la ley no puede trasladarse a la legitimidad de las normas. Y en el gobierno uruguayo son conscientes de ello.
Necesidad y modernización
“Claramente, se perdió una oportunidad grande en Uruguay al no contar con una ley que regularice el juego online, porque el cliente busca de todas maneras la forma de jugar afuera”, comentaba Ignacio Sarmiento en una entrevista con El País al momento de conocerse la nueva iniciativa. El gerente general del hotel Enjoy lleva ofreciendo juego en línea sin dinero real desde 2013 en su plataforma y es conocedor del crecimiento exponencial del mercado. Uruguay, a sus ojos, cometió errores al igual que otros países del continente.
Tan solo Brasil y Colombia tienen a día de hoy el juego regulado; en el caso brasilero costó mucho que hubiera un marco legal tanto para loterías como para juegos, pero se consiguió; mientras que el país cafetero es sin duda una referencia con un sistema perfectamente regulado desde 2016 y pionero. Territorios como Argentina, Bolivia o Venezuela tienen sus propias leyes de juego, pero no repercuten directamente sobre la modalidad online con lo cual es complicado saber cuál es su situación. En otros lugares como Paraguay hubo promesa de la llegada de una regularización que para nada está siendo rápida ni sencilla. Mientras que en lugares como Perú o Ecuador no se prohíbe que los jugadores jueguen en operadores extranjeros, pero al mismo tiempo no se permite hacer lo propio en el país. Y ahí es donde reside la pérdida del beneficio.
En Uruguay ya se dio un paso en 2017 con un proyecto de ley que permitía a los organismos relacionados con juego y azar asociarse para crear agrupaciones en el sector. Sin embargo, se había planteado regular cada juego de forma independiente y eso es algo que no termina de convencer. “El juego online se tiene que abordar en su conjunto, estableciendo objetivos claros y una forma de explotación con un criterio único”, indica el consultor Luis Gama en una columna del medio La Diaria.
Ahora queda que la medida no se estanque y que la ley llegue a ser una realidad y a ver la luz en el boletín charrúa. No será fácil porque queda mucho por debatir, pero los primeros pasos hacia una necesaria modernización ya se han dado. economiadehoy