La legalización del juego en Brasil, más cerca

La legalización del juego en Brasil está ya muy próxima. El proyecto de ley, retocado varias veces, se va a votar en el pleno de la Cámara de Diputados en los próximos días. Los expertos estiman que los ingresos para este sector serán de unos 20 mil millones de reales al año, unos 6.200 millones de dólares.

El comité especial del marco regulador para los juegos de azar aprobó el proyecto del diputado Guilherme Mussi, del Partido Progresista (PP), que legaliza y regula las actividades del sector del juego en el país; es decir, de casinos, salas de bingo, operaciones en máquinas de videobingo, tragaperras, apuestas y juegos online.

Para evitar la sospecha de favorecer el blanqueo de dinero, que surge en las audiencias públicas de la comisión especial, el Congreso Nacional en general, basándose en las modificaciones propuestas por Mussi, establece que las casas de juego estarán conectados online con la agencia federal de recaudaciones y las máquinas de juego serán peritadas por una entidad competente, reconocida internacionalmente.

En el nuevo proyecto que el control sobre los juegos de azar será ininterrumpido.

El diputado también planteó en el nuevo proyecto que el control sobre los juegos de azar sea ininterrumpido. Si hay interrupción del flujo de la información acerca de las apuestas, el establecimiento recibirá una multa y se le podría penalizar con la cancelación de la concesión. Mussi incluyó una tasa del 15% sobre los ingresos de los jugadores, valor que será calculado sobre el total de los premios descontando los costos de registros e inscripciones.

La Cámara de Diputados informó esta ley ha supuesto más de diez meses de trabajo desde la instalación del cuerpo colegiado en octubre de 2015, y la redacción de cinco textos de ley diferentes hasta llegar al aprobado, que seguirá siendo analizado en el Plenario la próxima semana. El portavoz de la comisión dijo que se analizaron 17 proyectos de ley sobre este asunto y que se les pidieron sugerencias a representantes de casinos de Portugal y Estados Unidos, a las entidades civiles, tanto en contra como a favor del juego, a miembros del Ministerio Público, del Consejo de Control de Actividades Financieras, de las loterías estatales, la Casa Económica Federal y a especialistas en la industria, para darle soporte al cuerpo de la ley.

Mussi admitió que se tuvieron que hacer concesiones, en pos de respetar la opinión de la mayoría.

Mussi admitió que se tuvieron que hacer concesiones, incluso cuando se pensaba de manera diferente, siempre en pos de respetar la opinión de la mayoría y tratar de construir para que la ley fuera «lo más redonda posible para llegar de esa manera la plenario». Por su parte, el diputado João Carlos Bacelar del Partido da República (PR), afirmó que la discusión debe darse en el marco de los millones de puestos de trabajo que se van a crear.

Asímismo, Luiz Carlos Hauly del Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB), que se postula en contra, afirmó que los juegos de azar sólo alimentarán la dependencia y no generarán nuevos recursos. El socialdemócrata vaticinó que el juego va a adueñarse de dinero de otras actividades de la economía, por lo que la actividad no generará ninguna nueva riqueza.

Este proyecto de ley autoriza el funcionamiento de las salas de bingo en locales propios, en los jockeys Clubs y en los estadios de fútbol con capacidad para 15 mil personas.

La propuesta también permite que los Estados creen sus propias loterías, algo que está prohibida desde 1967. De esta manera, el Estado interesado deberá crear los órganos específicos para su funcionamiento o concesionar por 20 años a la iniciativa privada.

Será misión de los municipios autorizar el funcionamiento de las salas de bingo, pero el Jogo do Bicho corresponderá a los Estados. El proyecto no establece qué número máximo de salas de bingo se podrán establecer en una ciudad; solo determina que no pueden estar a menos de 1 km el uno del otro ni a menos de 5 km de los casinos. La superficie de los bingos se redujo de los 1500 metros cuadrados que se proponían inicialmente, a 500.

El proyecto de ley establece que las máquinas de videobingo solo funcionen en los casinos, bingos y estadios de fútbol y las tragaperras únicamente en los casinos.

 Ahora, la labor de Mussi se centra en seguir reuniéndose con los senadores para llegar a un consenso y que el texto también sea aprobado por el Senado.

Ambos proyectos son diferentes, ya que en el Senado legaliza apenas el Jogo do Bicho, casinos y bingos en sus modelos presencial y online. También difiere en el tema de la tributación, ya que los senadores se proponen cobrar una contribución social sobre los ingresos brutos del 10% en las salas de juego y de un 20% en los juegos online. El proyecto de diputados no contempla estos cánones.

El proyecto del Senado, también obliga a las instituciones a identificar a los jugadores, mientras que diputados no hace ninguna referencia a esto. Además, los senadores limitan el número de salas de bingos a una cada 250 mil personas, excepto en el Distrito Federal, donde se permitiría una cada 150 mil habitantes.

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