Herederos de Meyer Lansky quieren compensación por casino expropiado en Cuba

10-Meyer_Lansky2Los herederos de Meyer Lansky, considerado una leyenda del crimen organizado en Estados Unidos, quieren una compensación por la nacionalización del Hotel Riviera en Cuba, uno de los últimos casinos que se construyeron en la década de 1950 en La Habana.

Autoridades de Estados Unidos y Cuba se reunieron por primera vez el martes en La Habana para iniciar una negociación sobre las demandas legales de uno y otro Gobierno, que se mantuvieron en un limbo durante medio siglo de hostilidades entre ambos ex rivales de la Guerra Fría.

Si bien los herederos de Lansky aún tienen que presentar una reclamación por el hotel, han estado revisando sus derechos desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron hace un año que trabajarían por normalizar las relaciones, dijo Gary Rapoport, nieto de Lansky.

Rapoport, de 60 años, dijo que él, su madre y un tío son beneficiarios de un fideicomiso de Lansky y tienen derecho a una indemnización por el hotel que se inauguró en diciembre de 1957 y fue nacionalizado en la década de 1960, poco después de que Fidel Castro llegó al poder y prohibió el juego, al que consideraba un vicio capitalista.

«Confía en mí, no estoy buscando mudarme a Cuba y hacerme cargo del negocio. Creo que mi familia tiene derecho a algo», dijo Rapoport, quien reside en Tampa en Estados Unidos.

Lansky, llamado el contador de la mafia, es considerado una de las grandes figuras del crimen organizado en la historia de la mafia americana, y fue inspiración para el personaje de Hyman Roth en «El Padrino II» y personificado en la serie de HBO «Boardwalk Empire».

Trabajando con el ex presidente cubano Fulgencio Batista, Lansky ayudó a que La Habana se convirtiera en un destino para el juego.

«Es probable que ningún otro hotel de La Habana conserve, tan estupendamente como éste (Riviera) el swing y el sabor de los 50», según el sitio web del Hotel Riviera.

El Hotel Riviera fue una de las instalaciones nacionalizadas por el Gobierno cubano en la década de 1960, al igual que la Cuban Electric Company, Starwood Hotels, Coca-Cola y la International Telephone & Telegraph, entre otras.

«Los gobiernos cambian de opinión sobre un montón de cosas diferentes», dijo Rapoport, quien defendió a su abuelo al decir que gran parte de su negocio era legal y que ofrecía alimentación, espectáculo y un boleto de avión a los jugadores que perdían todo su dinero.

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