El archivo del expediente se produjo a pedido de la fiscalía. «No se encontraron méritos suficientes. No hay prueba de delitos. Sí algunas desprolijidades», dijo a El País el fiscal de Crimen Organizado, Juan Gómez.
Cha admitió ante Crimen Organizado haber adquirido en 2011 diez tragamonedas al Casino de Atlántida que funcionaban de forma ilegal y que habían ingresado al país en «admisión temporaria».
Por cada máquina —de dos años de uso—, informó el semanario Brecha en ese momento, Cha pagó US$ 9.400, cuando una máquina de última generación cuesta US$ 10.000.
Si a esto se le suman, además, las multas y recargos que se debían pagar para su regularización, se hubiera llegado a una suma muy superior a la de las máquinas nuevas. Sin embargo, el director de Casinos aclaró que el organismo no se hizo cargo de estos montos.
«Casinos no paga impuestos por la compra de máquinas, porque tiene inmunidad tributaria autorizada por el Ministerio de Economía», explicó Cha. Además, Casinos y Aduanas responden ambos al Ministerio de Economía.
Según explicó el fiscal Gómez, sí se pudieron constatar varias situaciones de irregularidades, pero no se confirmó ningún delito. «Había conocimiento del Tribunal de Cuentas» sobre las operaciones, explicó Gómez.
entornointeligente.com