Si España necesita dinero fresco para invertir, generar empleo e impulsar la economía, Mariano Rajoy ha encontrado su maná en China. El reciente viaje del presidente del Gobierno al país asiático ha servido para bendecir un proyecto gigantesco del hasta hace una semana hombre más rico de la potencia oriental, Wang Jianlin.
El magnate va a construir en el sur de Madrid una ciudad de ocio con una inversión de miles de millones que será tutelada directamente desde Moncloa para evitar otro fracaso como el vivido conEurovegas.
Según han indicado distintas fuentes, Rajoy se entrevistó en su visita relámpago a China de la semana pasada con el propietario de Wanda Group, la mayor propietaria de suelo en el país gobernado por el partido comunista. La multinacional cuenta con 166 centros comerciales, 55 hoteles de cinco estrellas, parques temáticos y estudios de cine que han llevado a su fundador a ser el hombre más rico de China hasta que la salida a bolsa de Alibaba ha aupado a sus promotores a la cabeza del ranking. Su fortuna se estima en16.300 millones de dólares.
El encuentro de Rajoy con Wang sirvió para estrechar las manos de un acuerdo en el que las autoridades españolas y los hombres de confianza del inversor han estado trabajando durante varios meses. Una de las personas que más ha estado en contacto con el empresario oriental ha sido Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio. Personal del Ministerio de Economía, que ha declinado hacer ningún comentario sobre esta información, mantuvo varias reuniones en la segunda quincena de agosto con los ejecutivos de Wanda Group para cerrar la alianza.
Aunque desde el Gobierno no se ha querido concretar la dimensión del proyecto, fuentes conocedoras de las conversaciones señalan que los responsables del grupo inmobiliario y de ocio chino quieren impulsar un macrocomplejo en el sur de Madrid que incluiría promociones de viviendas, hoteles, centros comerciales y hasta algún centro de juego. Los representantes de Wanda han estado visitando las localidades de Alcorcón y de Aldea del Fresno y el barrio de Campamento, en el suroeste de la capital, una zona plagada de cuarteles militares hoy en desuso y que está en proceso de recalificación.
Se trata de la misma área geográfica –en la carretera de Extremadura– donde el también magnate, aunque estadounidense, Sheldon Adelson, intentó desarrollar el megaproyecto de casinos denominado Eurovegas. Fuentes próximas a las negociaciones indican que el desarrollo que Wang tiene en la cabeza es de una dimensión parecida, aunque mucho más centrado en el comercio y en la actividad inmobiliaria. No obstante, han preferido no concretar las cifras de la operación.
El casino cinco estrellas de Adelson iba a suponer una inversión inicial de 6.000 millones de euros, ampliables hasta 17.000, lo que se traduciría en la creación de hasta 92.000 puestos de trabajo. Pero el proyecto fue finalmente descartado en diciembre de 2013 después de que Rajoy no aceptase algunas de las cláusulas que le impuso el octogenario empresario. Una de ellas fue la exigencia de unas garantías para asegurarse la rentabilidad de la inversión, amén de cambiar la ley del tabaco.
La primera gran compra
El presidente del Gobierno no quiere que vuelva a ocurrir lo mismo y por ese motivo ha tomado el mismo las riendas de la operación. La reunión del pasado fin de semana en Pekín con Wang se interpreta como la bendición para una de las apuestas inversoras con las que el PP quiere demostrar la confianza del dinero extranjero en la mejoría de la economía española.
Wang ya ha hecho su primera inversión en España. El pasado mes de marzo, en una visita con motivos aparentemente deportivos dada su pasión por el fútbol, el inmobiliario asiático cerró en un santiamén la compra del Edificio España, un rascacielos de 25 plantas, propiedad del Banco Santander, para construir un hotel y apartamentos de lujo en el centro de Madrid. Se gastó 256 millones para revitalizar una mole abandonada de 117 metros de altura que, cuando fue construida en los años 50, fue el edificio más alto de Europa.
Además de España, Wang ha extendido sus tentáculos a Estados Unidos –donde compró AMC, una cadena estadounidense de salas cinematográficas con la que se convirtió en el mayor exhibidor del mundo (527 cines, 6.247 pantallas)– e Inglaterra. En Londres prepara la torre residencial más alta de Europa a orillas del Támesis.