NUEVA REGULACIÓN PERMITIRÁ AMPLIAR SUS NEGOCIOS
La Generalitat valenciana ha decidido ayudar al sector del juego y ayudarse a sí misma con una nueva regulación que permitirá a las más de 800 empresas autorizadas mejorar la rentabilidad y ampliar sus negocios, con lo que el Ejecutivo de Alberto Fabra espera ingresar entre 6 y 8 millones de euros más a partir de 2012.
La mayor parte de ese incremento vendrá, según fuentes del sector, por la autorización de seis nuevas salas apéndice de los tres casinos autorizados, uno por provincia, de manera que podrá haber hasta 18 minicasinos, normalmente en hoteles, pero con acceso a la calle independiente.
Los tres casinos provinciales están operados por Cirsa (Valencia), Acrismatic (Alicante) y Grupo Orenes (Castellón), que son las que podrán abrir salas apéndice en sus respectivas provincias, siete en Valencia y Alicante y cuatro en Castellón. Cirsa ya explotaba minicasinos en Gandia y Puçol, Acrismatic tiene una sala apéndice en Torrevieja y Grupo Orenes tenía una en Peñíscola, que cerró el pasado mes de diciembre debido a la crisis.
La crisis es, precisamente, el motivo del apoyo que las organizaciones empresariales habían solicitado a la Consejería de Hacienda y que ésta ha plasmado en un decreto que entró en vigor el pasado 4 de febrero. Un decreto que motivó durante su tramitación tensiones entre los distintos subsectores empresariales, sobre todo por las concesiones que otorgaba a los casinos, finalmente reducidas.
Otro aspecto importante de la nueva regulación es la rebaja de la fiscalidad en algunas actividades. Según fuentes del sector, en general, baja la fiscalidad, así que por esa vía no van a aumentar los ingresos de la Generalitat, a no ser que aumentase el parque de máquinas, algo que permite el nuevo decreto pero que depende no tanto de las autorizaciones como de la situación económica.
De hecho, el número de máquinas tipo A y B -las permitidas en los bares, bingos y salas de juego- ha descendido en los últimos años, como también lo ha hecho la recaudación.
Lo mismo ha ocurrido con el número de bingos -de 74 a 65 en cinco años- y los cartones jugados, hasta el punto de que una de las nuevas medidas es la introducción de nuevas modalidades de este tradicional juego (de 45 y 15 números por cartón), la regulación de las salas complementarias y la autorización de más máquinas B en los vestíbulos de las salas de bingo.
El sector achaca su situación, además de a la crisis, a las apuestas por internet, al agotamiento de algunos productos y a la Ley Antitabaco, que, aseguran, «ha sido la puntilla».
Las apuestas deportivas
En la Comunidad Valenciana existían, a finales de 2010, 65 salas de bingo, tres casinos con cuatro minicasinos -ahora tres-, 159 empresas fabricantes o importadoras de maquinaria registradas, 18 distribuidores, 26 salones recreativos, 253 salones de juego, 611 operadores autorizados de maquinas de juego y 31.821 establecimientos autorizados para tener máquinas tipo A y B, la mayoría de hostelería.
El decreto llega cuando están a punto de ponerse en marcha las casas de apuestas deportivas en la Comunidad Valenciana, que supondrán otro revulsivo para el sector. El reglamento que las regula fue aprobado el pasado mes de junio y, según fuentes del sector, no tardarán en autorizarse las primeras.
Al menos cinco empresas o grupos de empresas han anunciado que abrirán este tipo de salas. Se trata de Codere, que opera con la marca Victoria; Cirsa y Ladbrokes, a través de Sportium; Bwin, que utiliza la enseña W1nners; Acrismatic y la alianza entre Euroapuestas y Reta.
eleconomista.es