ATENTADO EN MÉXICO: ¿POR QUÉ?
Desde esta humilde redacción, está absolutamente claro que no podemos desarrollar ninguna teoría válida sobre los terribles acontecimientos de Monterrey. Sin embargo -y solo a modo de especulación-, digamos que parece obvio que el atentado estuvo dirigido al casino como podría haber tomado como objetivo cualquier otro emprendimiento económico similar. Un hotel de lujo, por caso y ejemplo.
¿Y por qué? Porque es evidente que aquí se juegan otros intereses. Intereses movilizados, casi sin duda, por actividades estrechamente vinculadas con la ilegalidad.
Debería funcionar entonces este lamentable suceso como llamado de atención para que los Estados redoblen esfuerzos en el control, la reglamentación, la legalidad.
Según informa con abundancia la prensa mexicana en estos días, Monterrey es una ciudad asolada por el narcotráfico.
Dice el portal de noticias Univisión, por ejemplo, que la industrial Monterrey, tercera ciudad de México, y el resto de Nuevo León viven asolados desde hace más de un año y medio por una disputa entre los anteriormente aliados cárteles del Golfo y Los Zetas.
Al menos siete grandes carteles mantienen una cruenta lucha por el control de varios estados de México, sobre todo los que tienen frontera con Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del mundo.
Más de 41.000 personas han muerto desde diciembre de 2006 cuando el gobierno federal puso en marcha una estrategia mayormente militar de combate al narcotráfico.
Entre las más grandes masacres de México está la de junio en un bar de Monterrey, donde 20 personas fueron asesinadas a balazos.
Pero el peor ataque a un local público fue el del jueves, cuando un grupo de seis hombres ingresó en el Casino Royale con unas 200 personas en su interior y, según testimonios, exigió a gritos a los clientes abandonar el lugar al tiempo que rociaban algún tipo de gasolina y le prendían fuego.
Las detonaciones causadas por el incendio confundieron a los clientes y trabajadores, que en un inicio creyeron que se trataba de un ataque a balazos por lo que corrieron a encerrarse en los baños, ubicados al fondo del local de 1.700 m2, y en las oficinas para finalmente quedar atrapados por las llamaradas o inconscientes por el humo y morir por asfixia.
Esta sinrazón absoluta está motivada por la razón que promueve a todas las sinrazones que protagoniza la humanidad: el dinero. Y cuando el dinero circula sin cauce ni control, deriva en sinrazones como esta. Es aquí en donde los Estados, las empresas y la sociedad en su conjunto deben estar alertas.
Rubén Parra, JuegosyNegocios.com