En la provincia, la explotación de las tragamonedas fue concesionada a Compañía de Entretenimiento y Turismo (CET).
Se trata de una sociedad de Roggio y Miguel Caruso. La licitación, ganada en 2002, fue por 25 años a cambio de la construcción de cinco hoteles de categoría y la cesión de un canon de 27 por ciento de la recaudación neta de las máquinas.
En principio, estaba autorizada a instalar 1.324 máquinas. En 2005, José Manuel de la Sota autorizó llevar la cifra a 3.000; y en 2008, Juan Schiaretti le permitió otras 2.400.
Tienen permiso para instalar 1.700 más, aunque les resulta muy difícil encontrar localidades que las acepten: todas se niegan, a sabiendas de los efectos adversos del juego. Desde la máquina 3.001 en adelante, el canon es del 31 por ciento.
Desde 2002 a esta parte, CET montó cuatro hoteles de categoría, de la mano de la cadena Howard & Johnson: en Río Ceballos, Río Cuarto, Alta Gracia (concesión para rehabilitar el histórico Sierras Hotel) y Villa María.
En 2008, cuando Schiaretti habilitó más tragamonedas, las partes acordaron elevar el monto del canon del 27 al 31 por ciento sobre las máquinas nuevas. Por ese mayor canon, el Estado le dio margen a la concesionaria de postergar la construcción del quinto hotel hasta el año 2014. Se mencionaba Villa Carlos Paz, en la fallida Corporación San Roque.
Voceros de la empresa admitieron que todavía falta uno por construir y se ampararon en el Código Tributario, que les prorroga anualmente esta obligación, aunque no dieron por firme Carlos Paz.
En efecto, el artículo 26 de la ley 10.033 (Código Tributario 2016) le prorroga hasta el 30 de junio próximo la obligación. Desde 2014 se viene renovando anualmente esa exención.
Muchos señalaron como inoportuna la inversión de Lotería en Mar Chiquita, donde se inauguró en 2015 el Hotel Casino SPA Ansenuza, con una inversión superior a los 40 millones de pesos, casi el 20 por ciento de lo girado a promoción social el año pasado.
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